―Haxelelt; Asxel en nuestra lengua, era el dios de la transición
a la adolescencia. Así cómo varios pueblos y culturas tienen ritos de
iniciación a la madurez, los Cúlhuas tenían a Asxel; el dios al que se le
entrega la infancia. Ellos hacían varias pruebas donde desde los doce, hasta
los 14 años de edad, se ofrecían a este dios como sacrificio. Necesitaban que
se juntasen varios púberes debido a la alta tasa de mortalidad en estos ritos.
En ellos…
―… Señor Eduardo, ¿de qué me está hablando? ¿Esa cultura existió?
― Profesor, nos dio permiso de dar la clase, y la estoy dando.
Yo, no lo interrumpo. Ahora, si me disculpa..
―¡UHHHHH!
―Callados muchachos, callados, está bien señor Eduardo, ¿se
cree capaz? Qué gusto, porque ahora su calificación total dependerá de esta
exposición.
―Bien, sigamos. Los Cúlhuas eran un pueblo original del Oriente mexicano. Se dedicaban al comercio como principal actividad. Sobre todo a la trata de ranas vampiro o Mecos, como se les conoce en esa región. Estos anfibios de temporada, se dejan caer de los árboles sobre sus presas y succionan toda su sangre. Son como ver un condón usado desinflarse después de la erección.
―Bien, sigamos. Los Cúlhuas eran un pueblo original del Oriente mexicano. Se dedicaban al comercio como principal actividad. Sobre todo a la trata de ranas vampiro o Mecos, como se les conoce en esa región. Estos anfibios de temporada, se dejan caer de los árboles sobre sus presas y succionan toda su sangre. Son como ver un condón usado desinflarse después de la erección.
―Señor… podría cuidar
su lenguaje
―Sí, sí, disculpe. Los Cúlhuas los recolectan de los
cadáveres chupados de: ciervos, animales de corral e incluso pequeños
osos. Sus huesos son utilizados para joyería artesanal y sus órganos en
las ceremonias rituales junto con su piel molida, de la cual preparan brebajes
parecidos al Ayahuasca o al té de marihuana.
―¡Ni que fueran tú, pinche grifo!
―Señor Eduardo, es su clase, usted contrólelos.
―¡Cállense lacras! O no llegaremos a la parte interesante. Ehem,
como decía. Los Cúlhuas sobrevivieron al
exterminio de la conquista gracias a Don Luis de Velasco, sí, el virrey de la Nueva España. Él, debido a su
gran adicción a los Mecos, hizo del pueblo su “retiro” personal. Aún se guardan
recuerdos del virrey, como su casa en esta zona. Incluso los más viejos
lugareños relatan una que otra historia de sus aventuras bajo los efectos de
varios brebajes. Sus desnudos, sus faltas a la iglesia y, creo que por ahí se
menciona una que otra, violaci…
―Señor, regrese al tema ahora mismo…
―Señor, regrese al tema ahora mismo…
―Ya voy profe, tengo pruebas. El
investigador Antonio Velasco, antropólogo condecorado de la UNAM, pero sin
relación alguna con el Virrey, por lo que sabemos, menciona en su libro “Mil y Una cosas de México que nadie te quiso
contar” a los Culhuas y su tradición.
»Cito: Capítulo tres; de Drogas e
invenciones que se fingen de nuestra era: Es a mi entender que no existe
pueblo más olvidado, dentro de Latinoamérica, que los Cúlhuas. Estos
interesantes pobladores de los estados no costeros cercanos al golfo mexicano,
han quedado casi totalmente eliminados de todo registro. Pero ha sido bajo mi
benevolente investigación que he decidido rescatarlos de este olvido y
volverlos a poner en su lugar digno, como una de las razas que le han dado
forma a nuestra historia, drogas e
identidad nacional… Estas son puras tonterías pero, aha, aquí en la página 35...
Por ello mismo la primera parte del rito componía en juntar los ingredientes; debían
de conseguir por sus medios: de 4 a 5 murlos machos, un par de toloaches y, lo
más difícil, los genitales de un jaguar. Se molería todo dentro del cráneo del
primero que muriera durante la prueba, fuera por causa natural o por necesidad
de un molcajete improvisado. Se les colocaba unos vendajes hasta llegar al
lecho del río, ahí, atados de píes y manos, se les abandonaba.
» ... Como ven, no era nada fácil su
tarea. Primero se liberaban de maneras muy astutas, usando pequeños cuchillos
de obsidiana que escondían dentro del culo, por lo menos, aquellos que no
temían a penetrarse a sí mismos. Primera lección de Asxel: la exploración del
propio cuerpo.
―Señor, me está diciendo que…
―No profesor, le estaría hablando de
una sociedad con una sexualidad más abierta si no me interrumpiera, pero no es
así.
―Prosiga entonces, ya no interrumpiré.
―Gracias. Después de preparar la
pócima, hallaban un claro y quemaban varias hojas a de palma o yesca,
demostrándole al pueblo su ubicación. El resto de la tribu enviaba entonces a
todas sus jóvenes, cargadas con flores de sangre. Aquí tengo la definición de flor de sangre: Flor de Sangre: mejor
conocida como regalo sudanés, hace referencia al termino tribal que se aplica a
un aditamento de defensa femenino. Las mujeres de varias tribus del África, así
como de Sudamérica, colocan algún fruto, de preferencia una guayaba o una
granada pequeña, con una navaja dentro en su vulva. De esta manera se protegen
de la violación.
» Siguiente lección: los jóvenes
Cúlhuas debían aprender a abstenerse. Aquellos con la más mínima muestra de una
herida, se les rebanaba la garganta, simbolizando el llanto infantil, y eran
castrados. No merecían usar los genitales ni en ésta ni en otra vida.
―Pregunta, ¿qué pasaba si nadie
sobrevivía?
―Buena pregunta, Carla. Ellos creían
que si estaban condenados por la estupidez de sus siguientes generaciones,
entonces era mejor no seguir viviendo, ¿alguna otra duda?
―¿Esas eran las únicas pruebas?
―No, cada vez se pone mejor. En la
tercera etapa los jóvenes debían elegir a una pareja. La presión los ayudaba a
tomar decisiones más prácticas y menos estúpidas, pues pasarían la vida con
ella desde ese punto. Los hombres debían de extraer, usando ya fuera la lengua
o su cuchillo, la flor de sangre. Ésta prueba hablaba sobre la entrega a la
pareja. Si había algún soltero o soltera, éste se volvía el siguiente sacerdote
de Asxel, lo
que significaba, aparte de ayudar a los preparativos en las ceremonias y dar
algo parecido a la educación sexual, ser un alegrador.
El equivalente a un servidor sexual. Como dicen: el que no puede enseña.
» Los jóvenes entregaban sus cuchillos
a cambio de las flores de sangre y eso formaba su vinculo “matrimonial”. En mi
opinión, algo más simbólico que un anillo.
Después venía la última prueba, el corte. Las parejas debían de separarse
y adentrarse en la selva, para demostrar que podían vivir juntos. Ellos debían
de aguantar hasta encontrar una buena presa; un tapir, un oso selvático o incluso
algún coati. El hombre esperaría al lado de la presa después de cortarse la
mano. La mujer debía correr a la aldea con su mano como prueba de que habían
sobrevivido. Hay teorías de que por esto surge la frase “dar la mano en
matrimonio”. El abandonado debía esperar, y para sobrevivir lo único que
tendría sería el brebaje preparado durante la primera prueba. Éste, era libre
de consumir la droga el tiempo que quisiera para calmar el dolor, pero al final
moriría si hacía esto. No era que el brebaje fuera mortal. Aquellos que no
consumían la droga comenzaban a gritar de dolor y gracias a esto el resto de la
tribu los podía encontrar y rescatar. Los que no podían soportarlo nunca eran
hallados.
»Al final todo dependía de aprender
del dolor, por eso los Cúlhuas no desarrollaron dependencia a los Mecos, la
mejor manera de desarrollar a su sociedad era limpiándola desde sus raíces.
―Señor Eduardo, esa fue una gran
historia pero…
―… Pero no he terminado. ¿Quieren
saber porque los Cúlhuas casi se extinguen?
―Ya termine, por favor.
―Los españoles creyeron que todos sus
ritos sanguinarios y extraña organización social eran un montón de tonterías. Sus
restos son varios pueblos olvidados y representaciones dentro de los museos. Al
final, nadie entendió a esta cultura.
―Y usted sigue sin entender, está
reprobado. Y no vuelva a mi clase con ese tipo de cuentos.
¡UHHHHH!
―¿De
nuevo fuera?
―Sí
carnal, pero vi tu espectáculo, ¿podrías volver a armar algo así?
―A
huevo que sí
―¿Qué
tal una presentación en el auditorio?
Por Axl Plmx
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