domingo, 22 de febrero de 2015

Razones para (no) ser científico

Este último temblor estuvo muy fuerte, lo suficiente como para que se activara la alarma y tuviéramos que desocupar el edificio. Y ocurrió justo cuando me encontraba en la mesa de operaciones trabajando con Linus, quien aún seguía bajo el efecto de la anestesia. No quería abandonarlo, pero el jefe cirujano en turno me arrebató el bisturí mientras me empujaba hacia la salida de emergencia murmurando que no quería problemas por mi culpa; ya habían sido demasiados conflictos con la dirección general por mi actitud irreverente, según ellos. Seguro lo viste en las noticias internacionales, 6.8 en la escala de Richter. No nos permitieron regresar inmediatamente, se había desmoronado la pared que separa la torre de la capilla. Pasada una hora y media nos permitieron entrar, después de avisarnos que se abrió un hoyo en nuestra sala de cirugía. Subimos y Linus ya había despertado, con el poste de acero inoxidable todavía atornillado a su cráneo descubierto. Aún lo puedo ver encima de la mesa, con sus ojos abiertos, chillando y con el cerebro rosado expuesto a las partículas de polvo y al estúpido guano de paloma. Cuando tienes una capilla al lado constantemente hay eventos religiosos, como una boda. Los casorios incluyen arroz gratis para las palomas. Palomas gordas y felices conllevan a una sobrepoblación, lo que quiere decir que habrá pichones por todo lados, y por todos lados me refiero a una invasión de nidos y excremento en la azotea de la torre. Y  el estúpido boquete justo encima del pobre Linus. En el cerebro no hay receptores de dolor, no creo que se quejara, quizá de reproche, por haberlo abandonado bajo el efecto de una anestesia caduca. Espero que la próxima vez que te escriba sean buenas noticias referentes al éxito en el tratamiento con antibióticos para contrarrestar la obvia infección que se produjo en su cuerpo.


El horror, este año el presupuesto destinado para ciencia y tecnología tuvo una reducción de 900 millones. Sospecho que era el dinero que estaba destinado para nuestros proyectos. No más fiestas de fin de año, adiós suscripciones a programas informáticos con valor de miles de pesos. Esta semana fue la locura, todo estaba en incertidumbre, era el quinto día hábil del mes y aún no habían depositado los fondos. Seguramente los del gobierno estaban haciendo sus ajustes para que rindiera el presupuesto, siempre y cuando no les afectara en lo que se roban cada año. Como sea, algo bueno de esto es que nuestras leyes siguen siendo tan incongruentes, lo que me permite hacer algunos pequeños experimentos excepcionales como el caso de Linus. Aclarando tus dudas, las  células embrionarias de mono fueron donadas por el Centro Alemán de Primates, y lo que hice fue fusionarlas con blastocistos fluorescentes de una cepa de ratón que le compré a una empresa estadounidense. La reproducción no tuvo muchas complicaciones y sigo sin creer que seamos pioneros en clonación de quimeras aquí en el país. Mi asistente técnico dice que es un ratachango, lo cual es absurdo, porque las células no fueron de un chango, sino de un homínido; ni tampoco de  rata, sino de ratón. Pero ratomono no suena tan divertido como ratachango. Estúpido temblor que vino a arruinarlo todo. Aún no veo una completa recuperación en Linus.


El Dr. Ruy Pérez Tamayo, investigador emérito de la UNAM, a quien admiro y respeto en demasía,  publicó un libro titulado “10 razones para ser científico”. Yo quiero escribir las 10 razones para no ser científico. ¿Quieres que te las mencione rápidamente?

1. Te conviertes en un asesino serial de animales no humanos. Hay mucha crueldad animal en este campo, pero se supone que lo tenemos que hacer porque las investigaciones con ellos nos ayudarán para encontrar la cura al cáncer y otras enfermedades. Hitler y sus científicos alemanes no mataron a ningún animal durante sus experimentos, a excepción de humanos, ¿acaso no podemos regresar a experimentar con las personas, puesto que para ellos es el único beneficio?
2. Todo mundo cree que eres igual de estúpido que el Dr. Doofenshmirtz de “Malvados y Asociados”, o que eres el clásico científico loco al estilo película Frankenstein. Está bien, admito que hay algo de verdad en ser un Víctor Frankenstein. Tengo a Linus, mi ratachango que brilla en la oscuridad, pero no estoy jugando a ser un dios, tal vez solo estoy probando hasta qué punto podemos alterar la naturaleza, nada más.
3. Las decenas de descubrimientos que se publican día con día me dejan más confundido y con más preguntas que respuestas, para que al final te des cuenta de que eres un científico muy ignorante, y que la mayoría de las personas con otro oficio no saben absolutamente nada. Lo irónico es que a veces te sientes tan inútil a lado de alguien con un oficio.
4. Te utilizan como referencia para cualquier explicación. Quieren que les digas que si estás enamorado es por culpa de la maldita dopamina, que los hombres somos brutos por la testosterona, que somos gays porque tenemos un gen de la homosexualidad. Si eres un asesino en serie, el ambiente en que creciste fue el que propició tu psicopatía, no es que hayas matado a esas adolescentes por decisión tuya, fue culpa de la epigenética. Quieren que les digas que el ébola va a producir el apocalipsis zombi. Aunque admito que prefiero que nos pregunten en lugar de que revisen la Wikipedia.
5. No nos toman en serio las autoridades. Que la próxima generación de niños mexicanos salga cada vez más idiota porque durante el embarazo las mujeres padecen diabetes gestacional por causa de una pésima alimentación, lo que conlleva a defectos en el desarrollo del cerebro del feto. Y el  gobierno no hace caso de nuestras advertencias, quizá porque es justo lo que ellos quieren que suceda.
6. Cuando cometemos una equivocación nos quieren procesar con la Santa Inquisición. En Italia enjuiciaron a unos científicos porque no predijeron con exactitud el terremoto de L’Aquila en el 2009. Si pudiéramos pronosticar lo que sucederá en el futuro no estaríamos en los laboratorios, sino en alguna carpa de circo o un programa televisivo de astrología con millones de audiencias mientras ganamos toneladas de dinero. Pero estudiamos los fenómenos de la naturaleza, los cuales son eventos no determinísticos que se mueven dentro de un espacio y tiempo acotados. Sin embargo, la gente quiere que les digas certezas, la ciencia es la nueva religión, y si al final no se cumple lo que ellos querían escuchar, te tildan de mentiroso, embustero y negligente. 
7. Si vas a ser un científico tienes que salvar a la humanidad. Hoy en día está mal visto que hacer ciencia sea un acto ególatra, así que toda justificación para obtener fondos implica el desarrollo del país y beneficio de la sociedad. Por ejemplo, mis experimentos que realicé en el cerebro de Linus podrían ser una pieza clave para contrarrestar enfermedades degenerativas. Pero en serio, quién quiere que los humanos se sigan reproduciendo y que vivan cientos de años.
8. No puedes hacer siempre lo que quieres. En teoría uno como científico puede hacer lo que quiera en su laboratorio, estimulando la mente y la creatividad. Estoy de acuerdo en parte, pero no puedo hacer TODO lo que yo quisiera. Mi ética no me lo permite. No puedo experimentar con humanos ni hacer quimeras con ellos. Además, no puedo dejar vivo por mucho tiempo a Linus, si es que sobrevive a la infección, a menos que me vaya a algún laboratorio clandestino en alguna provincia de China. Mejor me hubiera hecho narcotraficante, esos no tienen madre y hacen lo que se les dé la regalada gana.
9. Para ser libre. ¿Recuerdas la plática que impartí hace tres años en la Universidad Autónoma de Hidalgo, en donde le dije a los estudiantes que el conocimiento te hace libre? Pues mentí, en realidad te atrapa y te seduce, y una vez que obtienes un poco, no puedes vivir sin él. Estás condenado por siempre a buscar el conocimiento. Pero nunca lo sabrás todo. Y serás un ignorante que lo sabe. Y eso es peor que solamente ser un ignorante.
10. Para ser feliz, porque eso va aunado a la ignorancia. No creo que haya mucho que decir. Lo filósofos saben mejor de eso que yo.
¿Crees que estoy siendo demasiado pretencioso?


Supongo que ya lo sabes por las quejas en las redes sociales, pero en la universidad hay una escasez de agua. La UNAM nos recomendó su programa universitario EcoPuma, para llevar a cabo un sistema de uso de agua responsable. Adiós al agua embotellada y los garrafones. Vamos a tener que usar el agua de los pozos. Pero, ¿y el agua para los bebederos de los ratones inmunosuprimidos? Morirán si toman de esa agua. Que no se piense en nosotros, pero sí en los pollos, ratones, salamandras, iguanas, peces cebra y demás animales que viven en el bioterio. Y en mi Linus. No sé qué hacer, en el último informe me dijeron que era tiempo de sacrificarlo, puesto que los comités de bioética no aprobaron la continuación del proyecto para este año. Si va a morir mínimo que sea con las condiciones necesarias, como en Europa.  Allá está prohibido el sacrificio por decapitación o por torcedura del cuello, únicamente por inyección letal. Los científicos europeos tratan mejor a los animales que a las personas desahuciadas. Voy a hablar con el director general.


En efecto, se van a llevar a Linus a Europa y a mí me van a dejar con pura monserga. Ya valió madres esto, la universidad quiere cerrar el área de investigación por falta de resultados concluyentes y aplicables para la sociedad. ¿Resultados concluyentes? íbamos a ser los primeros en demostrar que es posible la clonación y reproducción de quimeras, de forma legal claro. La dirección mandó colocar un letrero en el laboratorio de reproducción asistida con lo siguiente: PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ANIMALES. Hoy mismo sin que nadie me viera, aunque seguro sospecharán de mí,  escribí un agregado, ¿qué te parece? PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ANIMALES HUMANOS. Por cierto, ¿cuánto tiempo más vas a estar en Barcelona? Te propongo algo: una vez que termines la especialidad y regreses a México, abramos una clínica de aborto al lado de la universidad. A la mierda la ciencia básica. La ubicación no podría ser mejor, acudirían todas las niñas de la zona poniente de la ciudad, Santa Fe, Bosques de las Lomas, Chapultepec-Polanco. Piénsalo, tú con tu formación médica y yo con mis conocimientos especializados en embriología humana.


 Muchas gracias por tus inseguridades y respuesta tardías. Los de Médica Sur nos ganaron la idea y compraron el terreno abandonado de la capilla semidestruida para construir su nueva clínica con atención especializada en la mujer. Mi ahora exjefe dice que si queremos hacer dinero, hay que abrir un prostíbulo en lugar de la clínica de aborto. No estamos seguros si será uno de esos casuales que son exclusivos para heterosexuales, o abrir uno para toda la diversidad del actual género humano: homosexuales, bisexuales, transexuales, pansexuales, zoofílicos, etc. Se llamará El antro literario de los científicos reprimidos amargados asexuales que no tienen otro lugar a dónde acudir más que al olvido. No lo tomes a mal, pero me emocioné tanto con la idea que incluso soñé que nosotros dos junto con Linus presentábamos un ménage a trois interespecies y que nuestro número era la sensación del lugar.


Si no se lleva a cabo este proyecto, el próximo año solicitaré mi intercambio a algún país nórdico, dentro de esos programas que les encanta apoyar a las minorías. No pueden rechazarme, soy un científico estudiando en un país tercermundista.



 Por Daniel Ávila



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